
Al ser el mundo material una copia que imita y participa del mundo inteligible (de las ideas), todo arte será una imitación de una imitación, teniendo, por tanto, un ínfimo grado ontológico. Los objetos artísticos son una imitación (mímesis), de lo que ya es una copia (mundo natural), y por lo tanto, gnoseológicamente pertenecen al ámbito de la eikasía, de la conjetura, no pudiendo aportar conocimiento alguno.La belleza (to kalon) es, en Platón, una idea que se refleja en las cosas. Lo bello es tal porque en él relumbra la idea que lo determina y que nos transporta más allá de la apariencia inmediata. En el "aparecer" de las cosas bellas se da o aparece la idea como idea. Por ello Eros, el Amor, es impulso hacia la belleza porque es un impulso a ser arrancado de la mera apariencia y trascender hacia lo inteligible, utilizando las bellezas parciales como escalones hacia la verdadera sabiduría.